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El joven ciclista

El brillo en los ojos es una cualidad de inteligencia, de astucia, una propiedad que demuestra raciocinio. Una mirada brillante siempre demuestra temeridad, determinación, una mente dispuesta a lograr una meta. Un joven con autodeterminación se encuentra entre la rebeldía y la inexperiencia. El riesgo es constante, el peligro es cosa de todos los días, en el trabajo, el barrio, la familia. Solamente el peso de los años dejará en paz el arriesgado oficio de vivir al límite. La vejez es una joya aperlada de la vida para tener cansancio.  Pero eso no le sucederá al joven ciclista de pueblo, su vehículo era una bonita pieza pintada y armada al gusto. Rodada 20, el sillín más elevaddo que la media, manillar descuadrado, llanta gruesa atrás y delgada adelante. De tono frío el cuadro, de colores flameantes los rines, todo accesorio de color oscuro. Un medio día salió de mi vista, atravesó la calle principal como siempre, y sin saberlo, salió de la vida en dos ruedas, le arrolló

Agosto

Hace calor. Unos pequeños seres humanos revolotean como mariposas a lo largo de todo el verano. Las figuras formadas en las nubes del cielo caliente están prácticamente inmóviles. Deben ser los días más difíciles de la canícula, los días perros. Los ciclos están presentes en todas partes, observo, a mitad del año, en todas partes. Los ciclos hacen ir y venir, dentro y fuera de él. Los ciclos hacen girar por dentro y ellos giran por afuera. Mueven a las individuos, mueven sus hábitos, mueven a los deseos de las personas. Los ciclos mueven a los mismos ciclos.  Hay un niño en casa, hay varias personas al rededor, hay objetos de todo tipo en el lugar, un poco de todo, un poco de nada, juguetes, trastos, ropa, utensilios de algún oficio perdido. Pero entre todo sobresale una silueta, azulada, duramente metálica, arquetipo, cíclica. Una hermosa y vieja bicicleta está recaída en el suelo, triste por desuso. No hay ansiedad para jugarla, no hay presión para manejar, el