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Mostrando las entradas etiquetadas como Bicicleta

La cómplice

El cuadro de bicicleta es femenina, es un soporte rígido en forma de un hermoso paralelogramo, líneas reales que se atreven a convergir físicamente entre tantas  líneas imaginarias, después vendrán los aros, como estrellas que acompañan a una constelación en el cielo, marcan la conformación y el impacto que visualmente muestra la bicicleta final. La vida de una baika es efímera si su portador decide que sea fútil, que no trascienda en el plano de lo material, pero tendrá una vida larga cuando su transportador, su cómplice, determina que la gravedad de su socia en el camino llegue más lejos que el objeto, la memoria perpetua mejor que los hechos en sí. Los caminos que recorre la vida son extensos y sinuosos en muchas maneras, pero en otras ocasiones son deliciosos y francamente serenas, sobre todo cuando existe una compañía, ciertamente lo bueno sabe mejor si es compartido, y pensar en el camino sobre una bicicleta me recuerda a esa sensación de camaradería. ______ The accomplice The bi

La mirada del ciclista

Nada parece tan real, pocas cosas poseen esa cualidad de hacer real una idea: por ejemplo algo para mover y para ser movido. Un objeto que la imaginación crea se haga realidad plasma de lo que el objeto muestre sobre la idea original de creador, a veces lo que se muestra es una mínima parte de todo lo que la imaginación había fantaseado, otras veces es todo menos la idea primigenia. Recuerdo aquella mirada del hombre creador satisfecho, pero nunca pude saber más allá. El objeto era la bicicleta de sus sueños, hecha a medida ya gusto solamente de él. Había gastado tiempo y dinero, había ganado el orgullo de ser dueño de su imaginación y ejecutor de sus ideas a la realidad tangible. Un hombre creador es un soberbio de la naturaleza humana, se cree capaz de todo. Solamente era reconocible su altivez al observar su mirada, y su vista se engrandecía al mostrar su bici. Era el punto más alto al que podía llegar, era el punto que ya no pediría ni un ápice más. Estaba el hombre creador en el c

Septiembre

Los elementos de la existencia se parecen todos. El inicio, el desarrollo y el inevitable final de las cosas. En un parpadeo transcurren los tiempos, desde el comienzo de la vida hasta su culminación, y durante esos dos extremos se entrelazan distintas vidas y diferentes muertes. En un circular movimiento eclíptico de esferas entre el expansivo tiempo de los espacios. Humanidad, eres tu propio verdugo a través de tus invenciones. Por sobre la eterna Historia, devienen los objetos de la civilización, y entre ellos, como un invento cónclave de la mente creativa del sapiente Hombre, se halla la sutileza y elegancia de la bicicleta, ese juego de equilibrio sobre ruedas, un deseo del viento, la mano invisible de la mecánica. Siempre apreciada como una herramienta, algunos la tomamos como una totalidad más amplia de posibilidades. Y entonces encontramos a la doble-círculos en estas épocas, cargada de tantas perspectivas cuantas miradas reposen sobre ella, unas sobre otras para nuestros

Bici-libertad

Aquella bicicleta nació primero en su imaginación, su imaginación fue creada por los límites de experiencias, éstas, lastimosamente de la vida familiar. Un padre empleado de la construcción, una mamá ama de casa y par de hermanos que, para sus quince años de edad, resultan muy chicos para jugar. El objeto propio es una herramienta de pertenencia, en él se recrean los gustos y las exigencias de lo deseado, los anhelos de los objetos fantaseados. Las pertenencias pueden poseernos, los objetos cobran vida de los creadores y tratan de estar ligados con otros objetos. El juguete se volvió importante, el objeto preciado se invistió de icono, el transporte particular se resolvió en objeto de poder. El poder de sentirse libre, de tomar a cualquier hora un rumbo desconocido a cualquier lugar; el espacio y el tiempo son relativos para el viaje, lo importante no es dónde ni a qué hora. La idea de oro es estar desplazándose, en movimiento, zafarse de un lugar. La bicicleta se traslada, co

El joven ciclista

El brillo en los ojos es una cualidad de inteligencia, de astucia, una propiedad que demuestra raciocinio. Una mirada brillante siempre demuestra temeridad, determinación, una mente dispuesta a lograr una meta. Un joven con autodeterminación se encuentra entre la rebeldía y la inexperiencia. El riesgo es constante, el peligro es cosa de todos los días, en el trabajo, el barrio, la familia. Solamente el peso de los años dejará en paz el arriesgado oficio de vivir al límite. La vejez es una joya aperlada de la vida para tener cansancio.  Pero eso no le sucederá al joven ciclista de pueblo, su vehículo era una bonita pieza pintada y armada al gusto. Rodada 20, el sillín más elevaddo que la media, manillar descuadrado, llanta gruesa atrás y delgada adelante. De tono frío el cuadro, de colores flameantes los rines, todo accesorio de color oscuro. Un medio día salió de mi vista, atravesó la calle principal como siempre, y sin saberlo, salió de la vida en dos ruedas, le arrolló

Agosto

Hace calor. Unos pequeños seres humanos revolotean como mariposas a lo largo de todo el verano. Las figuras formadas en las nubes del cielo caliente están prácticamente inmóviles. Deben ser los días más difíciles de la canícula, los días perros. Los ciclos están presentes en todas partes, observo, a mitad del año, en todas partes. Los ciclos hacen ir y venir, dentro y fuera de él. Los ciclos hacen girar por dentro y ellos giran por afuera. Mueven a las individuos, mueven sus hábitos, mueven a los deseos de las personas. Los ciclos mueven a los mismos ciclos.  Hay un niño en casa, hay varias personas al rededor, hay objetos de todo tipo en el lugar, un poco de todo, un poco de nada, juguetes, trastos, ropa, utensilios de algún oficio perdido. Pero entre todo sobresale una silueta, azulada, duramente metálica, arquetipo, cíclica. Una hermosa y vieja bicicleta está recaída en el suelo, triste por desuso. No hay ansiedad para jugarla, no hay presión para manejar, el