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Mostrando las entradas etiquetadas como Infancia

The turn

When I was a child I heard for the first time about a great bicycle race, it was going to happen near where we lived and there was a lot of anticipation. By then the Atelier was just starting, everything was exciting and although I did not fully understand it, I felt that it was something spectacular, an event of great magnitude to remember. Later came adolescence, between the hormones between the experiences on the edge of the maximum, between the recesses of the limits, I returned to find myself with the spectacle in the middle of the sport. I practiced road cycling, kilometers traveled a couple of days a week, accidents, achievements and failures, all around emulating the great races. Today I discover the magnitude of the importance of things in a different way, I reread stories of cyclists, I keep historical statistics, I have the normal curiosity for novelty, but the passion has been transformed. At present I carry the route more in my heart than in my muscles, the brain serves to

Mi bici

Realmente es ella, la miro fijamente y pienso que ciertamente es ella.  Seguro que no tuvo hogar antes de llegar, no tenía un verdadero compañero antes de quedarse aquí en el Atelier durante seis meses. Llegó como marcada, con la cubierta manchada, el pasado sucio y el presente borroso. Era una baika rota del alma. Entre lo frío del hierro la cuidamos, la conservamos entre lo etílico de la pintura.   Ahora es una pequeña señora bicicleta, es una dama sin realeza pero con una vida enderezada por las correctas herramientas de aire y caucho. Pasó el invierno en el sótano de la memoria junto a otras personalidades de dos ruedas, de una rueda o sin ruedas. Recobró el color del ánimo, al lado de piezas cromadas, piezas nuevas, piezas de segunda mano. Mañana se irá con su acompañante, un niño de doce años, a dar una mínima vuelta al mundo, comenzar a rodar por las callejuelas y los polvorientos caminos, a dar una minúscula vida al manillar y a los pedales. Hay una salvación para el plástico d

Los trenes y el ciclista

Las mañanas de los pueblos del Golfo son iguales que todas las mañanas de los pueblos del Golfo. Con pequeñas diferencias, los habitantes zafiros de los pueblos chicos juran y perjuran una individualidad combinada con cierto orgullo mezclado con vergüenza. Una soberbia que el medio se los permite. Sin embargo, históricamente esta personalidad de los habitantes es trágica, cómica y olvidada. Los medios son escasos de alcance y de recursos. La vida es reducida de memoria, la hormona es rápida para reaccionar, las mujeres y los hombres son felices a corto plazo. La vida está representada en movimiento, la niñez es una fuerza ondulada, la madurez y la juventud son ecos de ondulaiones.  Una metáfora entre trenes y ciclistas; en ella, entre otra cosas, se menciona que los trenes del trópico tienen tecnolgía aplicada a la velocidad para llevar rápidamente a pasajeros y mercancias, a través de horarios, funcionarios, máquinas y empleados; mientras que el ciclista, con la misma final

Agosto

Hace calor. Unos pequeños seres humanos revolotean como mariposas a lo largo de todo el verano. Las figuras formadas en las nubes del cielo caliente están prácticamente inmóviles. Deben ser los días más difíciles de la canícula, los días perros. Los ciclos están presentes en todas partes, observo, a mitad del año, en todas partes. Los ciclos hacen ir y venir, dentro y fuera de él. Los ciclos hacen girar por dentro y ellos giran por afuera. Mueven a las individuos, mueven sus hábitos, mueven a los deseos de las personas. Los ciclos mueven a los mismos ciclos.  Hay un niño en casa, hay varias personas al rededor, hay objetos de todo tipo en el lugar, un poco de todo, un poco de nada, juguetes, trastos, ropa, utensilios de algún oficio perdido. Pero entre todo sobresale una silueta, azulada, duramente metálica, arquetipo, cíclica. Una hermosa y vieja bicicleta está recaída en el suelo, triste por desuso. No hay ansiedad para jugarla, no hay presión para manejar, el