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Mostrando las entradas etiquetadas como Bike

Life under the bridge

Dawn returns in the morning, the hills do not exist, the shadow is caused by the twenty floors of the twenty buildings that are surrounding the street at dawn and dusk, the sun hardly exists either, only a couple of minutes at noon. Sidewalks on my street were narrow, the street was forked and had several dead ends, all we had was greenery, clean air and a lot of leisure time. Today, nowadays, there is no longer that of the old neighborhood. The walks are rare, the people do not know each other, the noise and dust prevail, the bicycle is a fossil of yesteryear. That is why I return from time to time a couple of times a year to that street and ride my bicycle, ring the bell and greet the neighbors, because the spirit does not change even if the body changes, things return to their initial state. And there I find myself in the middle of life and in the middle of the road, between the two sidewalks that move further and further away from each other along the length and width, I am a voice...

There is a child waiting ...

It is an ordinary town before becoming part of a medium-sized southern city. Transportation is rural, like the bus three times a day, like bicycles that run like butterflies in summer. It is an ordinary town before becoming part of a child's heart forever. There is a child there waiting on the afternoons of those sunny days to ride his first bike, circle the park, take a tour of the Calle Mayor and return home for dinner. Never alone, with or without friends, but accompanied by his bike. The bicycles are called baikas, the tricycles are tricycles and the brave ones that go fast down the slopes of the hills. In this town isolated by time, it has long been a town that no longer has those bicycle racks, which now has bicycle lanes and traffic police, because summers fly like spokes on a 28 ”Tourism tire. There is a development in children that makes them change, they stop seeing objects as toys and now see them differently, they are tools, they are utensils, they are vehicles. Thus ha...

The good time

In the corners there are many stories, there is always an immense possibility of knowing the incredible adventures of a few or simple and flat gossip from the majority of people around. This is how I met a passing traveler, a one-day character, he was an older young man who for many years had been wandering around on his bicycle from here to there. He had come to our neighborhood over a summer, he was in the Atelier to repair his baika assembled from a wheel alignment. When the older young man, whom I do not remember his name at this time, talked about his pilgrim journeys, he did so with a certain conviction of memory, shame and pride. - I was never afraid of walking on the roads at night, - he said with that certainty of walking victorious - what I feel is an electric sensation of knowing what there is after a certain place and after another and so on forever. The family, well thank you, the slave labor, the money and the property, they are nothing to me. I am from the road, I am the...

La Verde

Mr. Yé is very grumpy, he gets angry easily, he is a middle-aged person who lives near the Center, I knew him because he always scolded me when I did a moderately bad job on his bicycle, a solid steel wheel 28 with muddy tires , with a small flashlight placed in the middle of the handlebar a little rusty from the rains throughout the year. La Verde was as he called it, the bicycle could be dirty on the outside, a little neglected due to the weather, but deep down Mr. Yé had a lot of affection and appreciation for his means of transport, for his traveling companion among the twilight mists and the clarity of the night. The mood changed Mr. Yé when he rolled on top of his Green between the sidewalks of the city. Not long ago I learned that La Verde disappeared, it was stolen by some petty thief in the middle of a winter, I learned that Mr. Yé had lost his spirits and that he has been more curmudgeonly than before, his health has also worsened, he looks sad and angry with everything. Life...

The coffee

On a certain occasion, near the barrier between childhood and adolescence, I craved coffee. On hot days it is taken warm, on cold days it is taken very hot. At the Atelier there began to be a jug or two a day, consumed between morning and mid-afternoon. Working while enjoying coffee with music is not working. Unhappiness, life has told me, moves with unequivocal rhythms between the misery of the future or the past and the enjoyment of the present. A good ride on a rainy summer morning after greeting a beautiful woman and, on the contrary, a painful fall in the middle of the road next to the winding road. The bicycle I never owned was brown, but the taste that is savored on a calm day always brings the aromatic flavor of coffee, that liberator of energy that works very well for the cyclist. Today, unfortunately, I only have to drink coffee and watch the shoot of the last years of youth go by. _____ El café Cierta ocasión, cerca de la barrera entre la infancia y la adolescencia apetecí e...

Wheels moved by the wind

At the beginning of autumn the strong north winds intensify, there are small blizzards, great fluttering of leaves and the temperature drops, it falls. Then the cold arrives, the icy feeling of the world, the moment when the activity stops, is when there are no rides, there are no laps and it becomes more difficult to occupy the baika. But anyway, freedom begins at any moment, that's what happens in those situations... _____ Movido por el viento A principios de otoño arrecian los fuertes vientos del norte, hay pequeñas ventiscas, grandes revoloteo de hojas y la temperatura desciende, se cae. Entonces llega el frío, la sensación gélida del mundo, el momento en que se detiene la actividad, es cuando no hay rodadas, no hay vueltas y se hace más difícil ocupar la baika. Pero como sea, la liberta empieza en cualquier momento, así es lo que acontece en esas situaciones...

Mi bici

Realmente es ella, la miro fijamente y pienso que ciertamente es ella.  Seguro que no tuvo hogar antes de llegar, no tenía un verdadero compañero antes de quedarse aquí en el Atelier durante seis meses. Llegó como marcada, con la cubierta manchada, el pasado sucio y el presente borroso. Era una baika rota del alma. Entre lo frío del hierro la cuidamos, la conservamos entre lo etílico de la pintura.   Ahora es una pequeña señora bicicleta, es una dama sin realeza pero con una vida enderezada por las correctas herramientas de aire y caucho. Pasó el invierno en el sótano de la memoria junto a otras personalidades de dos ruedas, de una rueda o sin ruedas. Recobró el color del ánimo, al lado de piezas cromadas, piezas nuevas, piezas de segunda mano. Mañana se irá con su acompañante, un niño de doce años, a dar una mínima vuelta al mundo, comenzar a rodar por las callejuelas y los polvorientos caminos, a dar una minúscula vida al manillar y a los pedales. Hay una salvación para...

El aro

Había una vez un bebé que nació al mismo tiempo que cuando se instaló un Atelier de Ciclistas. Ambos crecieron tal como lo contó la fábula del árbol y el niño, entrambos se hicieron aprendieron y conocieron a mucha gente de todo tipo; el joven creció y la empresa también, pero en la primera juventud tomaron rumbos diferentes, como la vida lo determina, by the book, para la maduración de los organismos.  Ahí se había cerrado el círculo del primer aro. Después vinieron los infalibles años y su peso, llegó padre Tiempo y todo lo cambió, el niño ahora adulto ha terminado con el ciclo de vida del Atelier de Ciclistas, así como se creó se terminó con la ausencia y la marcha de todos alrededor, finalizó para buscar el destino propio de cada quien cerca o lejos, peor o mejor. El invierno termina en casi todo el mundo, existen los cambios a gran o pequeña escala, cada quien a su ritmo evoluciona o llega a un punto de desarrollo, espiritual y personal. Los ciclos se cierran y se abren a vece...

La cómplice

El cuadro de bicicleta es femenina, es un soporte rígido en forma de un hermoso paralelogramo, líneas reales que se atreven a convergir físicamente entre tantas  líneas imaginarias, después vendrán los aros, como estrellas que acompañan a una constelación en el cielo, marcan la conformación y el impacto que visualmente muestra la bicicleta final. La vida de una baika es efímera si su portador decide que sea fútil, que no trascienda en el plano de lo material, pero tendrá una vida larga cuando su transportador, su cómplice, determina que la gravedad de su socia en el camino llegue más lejos que el objeto, la memoria perpetua mejor que los hechos en sí. Los caminos que recorre la vida son extensos y sinuosos en muchas maneras, pero en otras ocasiones son deliciosos y francamente serenas, sobre todo cuando existe una compañía, ciertamente lo bueno sabe mejor si es compartido, y pensar en el camino sobre una bicicleta me recuerda a esa sensación de camaradería. ______ The accomplice Th...

Ella rueda y rueda

Una tarde lluviosa llegó ella, era espigada, tenía altivez pero de la sencilla,en fin, con un aire estudiantil. Se refugió en el taller y se presentó, yo era solo así que conversamos hasta la noche, una aventura de esas pasa más o menos seguido en guardia en el taller, entre cuadros de bicis, entre refacciones de mil formas. Se fue diciendo muchas gracias por la plática, nos volveremos a ver, quizá. Al otro día se presentó, era de nuevo ella, tenía el mismo uniforme escolar pero esta vez seco, en fin, con un aire de visita. Se resguardó en mi corazón y no se movió, yo era solo así que exploramos los caminos del sentimiento hasta llegado el crepúsculo, una aventura de esa manera sucede de vez en cuando en el taller de bicicletas. Se marchó sin decir palabras, sin mencionar cuándo nos reencontraríamos.  Las luces de la ciudad se apagaron, así de repente las aves volaron al sur, muy lejos del frío del invierno en la urbe, las cosas inefables vinieron y volvieron como la temporada ante...

La Roja

Siempre se le ve al señor Equis muy tranquilo, con sus cuarenta ocho años cumplidos es cuidadoso al caminar, al hablar y escoger las palabras, procura los buenos tratos unido con la delicadeza de un hombre que ha aprendido tratar a la gente para ser tratado de la misma manera. Hoy, con su vocecita, con su bastón, con su manera de andar despacio parece que siempre fue así. Hace muchos años, en su mocedad, Equis era un chico que no tiene miedo de perder el miedo aventurandose a lo que no conoce para conocerlo y dejar la inquietud que provoca el temor. Equis conduce su bicicleta (“La Roja”) por las noches porque le gusta sentir la adrenalina de vagar, de correr peligro en los caminos oscuros, porque sabe que su compañera es una fiel amiga de metal y caucho. Con el transcurso de la vida Equis se convirtió en el señor Equis, como a muchas personas a las que el tiempo les transcurre casi de momento, casi de imprevisto. Personas se han ido y otras han venido, traspasando la existencia de una ...

La mirada del ciclista

Nada parece tan real, pocas cosas poseen esa cualidad de hacer real una idea: por ejemplo algo para mover y para ser movido. Un objeto que la imaginación crea se haga realidad plasma de lo que el objeto muestre sobre la idea original de creador, a veces lo que se muestra es una mínima parte de todo lo que la imaginación había fantaseado, otras veces es todo menos la idea primigenia. Recuerdo aquella mirada del hombre creador satisfecho, pero nunca pude saber más allá. El objeto era la bicicleta de sus sueños, hecha a medida ya gusto solamente de él. Había gastado tiempo y dinero, había ganado el orgullo de ser dueño de su imaginación y ejecutor de sus ideas a la realidad tangible. Un hombre creador es un soberbio de la naturaleza humana, se cree capaz de todo. Solamente era reconocible su altivez al observar su mirada, y su vista se engrandecía al mostrar su bici. Era el punto más alto al que podía llegar, era el punto que ya no pediría ni un ápice más. Estaba el hombre creador en el c...

Septiembre

Los elementos de la existencia se parecen todos. El inicio, el desarrollo y el inevitable final de las cosas. En un parpadeo transcurren los tiempos, desde el comienzo de la vida hasta su culminación, y durante esos dos extremos se entrelazan distintas vidas y diferentes muertes. En un circular movimiento eclíptico de esferas entre el expansivo tiempo de los espacios. Humanidad, eres tu propio verdugo a través de tus invenciones. Por sobre la eterna Historia, devienen los objetos de la civilización, y entre ellos, como un invento cónclave de la mente creativa del sapiente Hombre, se halla la sutileza y elegancia de la bicicleta, ese juego de equilibrio sobre ruedas, un deseo del viento, la mano invisible de la mecánica. Siempre apreciada como una herramienta, algunos la tomamos como una totalidad más amplia de posibilidades. Y entonces encontramos a la doble-círculos en estas épocas, cargada de tantas perspectivas cuantas miradas reposen sobre ella, unas sobre otras para nuestros ...

El joven ciclista

El brillo en los ojos es una cualidad de inteligencia, de astucia, una propiedad que demuestra raciocinio. Una mirada brillante siempre demuestra temeridad, determinación, una mente dispuesta a lograr una meta. Un joven con autodeterminación se encuentra entre la rebeldía y la inexperiencia. El riesgo es constante, el peligro es cosa de todos los días, en el trabajo, el barrio, la familia. Solamente el peso de los años dejará en paz el arriesgado oficio de vivir al límite. La vejez es una joya aperlada de la vida para tener cansancio.  Pero eso no le sucederá al joven ciclista de pueblo, su vehículo era una bonita pieza pintada y armada al gusto. Rodada 20, el sillín más elevaddo que la media, manillar descuadrado, llanta gruesa atrás y delgada adelante. De tono frío el cuadro, de colores flameantes los rines, todo accesorio de color oscuro. Un medio día salió de mi vista, atravesó la calle principal como siempre, y sin saberlo, salió de la vida en dos ruedas, le arro...